Con el paso de los años, es posible notar con más frecuencia cambios en el tiempo y en la temperatura del planeta. Hay varios factores que intervienen en esto, sin embargo, la actividad humana es uno de los principales.
Conocer la responsabilidad individual y colectiva ante estos cambios frecuentes, comienza con saber cómo la actividad humana perjudica el entorno natural, generando estos cambios con mayor frecuencia.
Un cambio que se nota
Cuando se habla del tiempo, se hace referencia al tiempo meteorológico, es decir, las condiciones del ambiente en un momento específico, como lluvioso, con viento, o soleado, por ejemplo.
De igual manera, los cambios en la temperatura se refieren a los cambios en zonas determinadas o del planeta en general, donde la temperatura es más alta o más baja, en comparación con años anteriores.
El cambio en el tiempo meteorológico y en la temperatura a lo largo de la historia es algo habitual en el planeta, causado principalmente por causas naturales, como el período glaciar, por ejemplo.
Sin embargo, en los últimos años los factores que influyen en su cambio son producidos principalmente por la emisión de gases de efecto invernadero, generados por las actividades humanas.
Los gases de efecto invernadero aumentan la capacidad de la atmósfera para retener el calor, generando el fenómeno conocido como calentamiento global. Además, los cambios en el tiempo y en la temperatura ocurren de forma muy rápida, dificultando a las personas y especies de animales adaptarse a las nuevas condiciones.
¿Cómo se nota este cambio?
Hoy día el cambio en la temperatura y el tiempo meteorológico es más notable, por lo que se usa el término de “cambio climático”, para hacer referencia al aumento de las temperaturas medidas, la subida del nivel del mar, al aumento de los eventos extremos, y el deshielo en el Ártico.
En diferentes zonas del planeta, es posible notar estos cambios en una mayor o menor medida.
En España, el alargamiento de los veranos es más notorio en comparación con el siglo pasado. También la reducción de los caudales medio de los ríos, bajando un 20% en las últimas décadas.
Otro cambio notorio es la expansión del clima de tipo semiárido, con nuevos territorios extensos en pocas décadas que tienen este tipo de clima. De igual manera, el aumento de las olas de calor, ocurriendo con mayor frecuencia, intensidad y tiempo.
¿Cómo afecta este cambio en la temperatura y el tiempo?
El cambio en la temperatura y el tiempo del planeta es algo que afecta directamente los sistemas naturales. Por lo general, las especies silvestres, siempre que tengan las posibilidades, migran en búsqueda de condiciones climáticas donde se puedan adaptar con más facilidad.
Incluso las especies pueden cambiar los ritmos vitales para tratar de ajustarse a los cambios en el tiempo y en el clima, como ocurre con las estaciones a lo largo del año. Esto provoca numerosos desajustes y desequilibrios ecológicos en las especies, y en el entorno natural.
Las sociedades humanas también sufren por el cambio en la temperatura y el clima, afectando diversas actividades esenciales para su desarrollo y crecimiento, como la agricultura, la silvicultura y hasta el turismo.
La salud de las personas se ve afectada por este cambio, como las olas de calor o la aparición de nuevas enfermedades.
¿Qué puede ocurrir a futuro?
De acuerdo con las estimaciones de expertos y de modelos que simulan el clima terrestre, es posible explorar diferentes tendencias a futuro que se pueden producir por la concentración de los gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Entre las estimaciones, se encuentra principalmente los aumentos en la temperatura, tanto en las máximas como las mínimas. Las precipitaciones a lo largo de los años se reducirán de forma moderada, al igual que la nubosidad en diferentes partes del planeta.
Los períodos de sequía son más largos y frecuentes, con olas de calor que durarán más tiempo, y cuya intensidad es mayor.
El cambio en la temperatura y el tiempo meteorológico del planeta es un tema de mucha importancia para los gobiernos actuales, así como grupos y organizaciones que reconocen el peligro de esto para la sociedad futura, por lo que se plantean diferentes medidas para combatir la situación.
La respuesta humana para controlar esta situación se inclina hacia dos soluciones, la mitigación y la adaptación.
Por un lado, la mitigación tiene como finalidad implementar estrategias y actividades enfocadas en disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero que son producidos por las actividades humanas.
Mientras que la adaptación se orienta a implementar estrategias que busquen evitar o limitar los riesgos que produce el cambio climático en el planeta, para conseguir ajustarse a las condiciones climáticas presentes y futuras de una forma más sencilla, y menos negativa.
Aunque las dos corrientes de pensamiento para enfrentar el cambio en la temperatura y el tiempo son diferentes, se pueden complementar de forma efectiva para mejorar los resultados.
Sin las estrategias de mitigación, la capacidad adaptativa de la sociedad se verá afectada de forma rápida, porque el cambio en el clima es acelerado. Por otro lado, sin una adaptación que no sea “baja en carbono”, no es posible evitar los cambios negativos en el clima.